De mi casa, no me moverán.

 

Javier Muñoz era un ejecutivo publicitario de éxito pero, tras un año en el paro, él y su familia se ven obligados a dejar el piso que ya no se pueden permitir. Un día, Javier descubre que aún conserva un juego de llaves de su antigua casa, y empieza a espiar a la joven pareja que ahora vive allí. Poco a poco, Javier empezará a infiltrarse en la vida de los nuevos propietarios, decidido a intentar recuperar la vida que ha perdido… a costa de quien sea. 

Siempre que veo un producto nacional, me pregunto si estará a la altura de mis espectativas. El envoltorio a veces es bonito y otras es un desastre total. El actor Mario Casas, me resulta algo cansino. Cuando habla a penas se le entiende bien. Y no soy la única que lo dice. De Javier Gutierrez, decir que este actor sí me gusta. Lo mismo interpreta a un hombre tedioso, cómo en su papel en la serie Vergüeza, que de un tipo bondadoso en "Campeones", una peli preciosa, donde él descubre que las personas con discapacidad, son capaces y mucho de hacer todo lo que se propongan.... 

No me voy a extender mucho, que me conozco y me pongo a escribir y no paro.

La trama de esta cinta, me llamó la antención y por eso decidí de verla. El trabajo de Javier, cómo siempre me parece impecable. En ocasiones llegó a ponerme los pelos de punta. No me gustaría toparme con él, sinceramente. 

Lo que hace el ser humano por no dejar que se le escape su vida. Los acontecimientos que se pronducen, son bruscos y Javier, el prota se empeña en continuar adelante con su enreversado plan. Mientras urde el plan, te das cuenta de cómo lo que más quiere, se desvanece por algo que escapa a su control.

El final... bueno, el final es algo interesante.