Ford la tiene más larga que Ferrari

Se centra en un excéntrico y decidido equipo americano de ingenieros y diseñadores, liderados por el visionario automovilístico Carroll Shelby (Damon) y su conductor británico Ken Miles (Bale). Henry Ford II y Lee Iacocca les dan la misión de construir desde cero un nuevo automóvil con el fin de derrocar el dominio de Ferrari en el Campeonato del Mundo de Le Mans de 1966. 

Los dos gigantes del motor enfrentados en una trepitadante carrera hacia la conquista de la carrera más importante del mundo. Pero Henry Ford II, quiso ir mucho más allá. Al principio no estaba convencido de poder conseguir sus objetivos. Tampoco confiaba en Shelby y mucho menos en el piloto Ken Miles. Carroll, no quería darse por vencino y trabajó muy duro junto con Miles, para fabricar el coche perfecto y que estuviera a las espectativas del dueño de Ford. Ambos dos, le convencieron para que le den una oportunidad. 

Siempre hay una oveja negra con intereses. En este caso es un hombre de confianza de Henry. Pronto le llevará hace cosas indebidas. 

El piloto es uno de los grandes de su época y marcó todo un hito en el automovilismo. Demostrando que con tesón se puede consguir sueños. El suyo era correr la carrera más importante de su vida. Poniendo en primer lugar su objetivo. 

Cuando todo el equipo Ford llegó a Francia, la espectación fue máxima. El circuito, los espectadores y sobretodo la rivalidad, se respiraba en el ambiente. 

Las escenas de la carrera, me han gustado mucho. Esos primeros planos de los coches y pilotos. Esa mirada clavada de Bale a la pista, y cómo transmite  su lado competitivo, pone los pelos de punta. 

Un film entretenido y que pasa casi en un suspiro a pesar de sus 2h y 30 min de duración.